Serie
TRASHUMANCIA
Desde las realidades de los sentidos y de los sentimientos al silencio.
En busca de inspiración para crear mensajes con la intención de que el espectador sea sorprendido por ritmos, qualia ilusionantes, que lo conduzcan a componer melodías de bondad.
“Con relación a Él no hay antes, ni después; ni alto ni bajo; ni cerca, ni lejos, ni cómo, ni qué, ni donde, ni estado, ni sucesión de instantes, ni tiempo, ni espacio, ni ser. Él es tal como es. Él es el Único sin necesidad de la Unidad. Él es lo singular sin necesidad de la Singularidad. Él no está compuesto de nombre, ni de denominado, porque Él es el nombre y el denominado. No hay nombre salvo Él. No hay denominado salvo Él. Por ello se dice que Él es el nombre y el denominado. Él es el Primero sin anterioridad. Él es el Último sin posterioridad. Él es Evidente sin exterioridad. Él es Oculto sin interioridad. Porque no hay anterior, ni posterior; no hay exterior, ni interior, sino Él.” (“Tratado de la unidad” Muhyi-d-din Ibn 'Arabî).
En el silencio, la imaginación es guiada por la inspiración, que a veces anda, a veces trota y otras cabalga, y su dictado, que no se puede retener en la memoria, lleva por caminos insospechados de ante mano, dando lugar a la emoción silenciosa del encuentro, descubrimiento, de armonías nunca imaginadas. En ese momento el amor inunda la realidad del creador y no hay nada más que pasión por crear y seguir con vehemencia el dictado, nada más.
SUMARIO
Inspirada en mi obra De los sentimientos al silencio, (Noviembre 2020).
Mayo 2022
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
60 x 15 x 13,5 cm
2,6 Kg
Inspirada en mi obra De los sentimientos al silencio, (Noviembre 2020).
Mayo 2022
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
180 x 45 x 11 cm
25,1 Kg
Inspirada en mi obra De los sentimientos al silencio, (Noviembre 2020).
Enero 2021
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
254 x 134 x 9,1 cm
63,1 Kg
Inspirada en Blanco sobre blanco de Kazimir Malévich (1918),
en Negro sobre gris, de Mark Rothko (1970)
y en mi obra De los sentimientos al silencio, (Noviembre 2020).
Tras las formas y la percepción de los colores reside un silencio delgado que llena ese lado del espacio con un potencial de armonía latente.
Es el silencio de los lienzos de la Capilla Rothko, tras bordear el “Obelisco Roto” de Barnett Newman reflejado en la lámina de agua de Philip Johnson.
Febrero 2021
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
30 x 15 x 6 cm
1,0 Kg
Exposiciones
Feria HÁBITAT Valencia 2018
Del 18 al 21 de Septiembre de 2018

Conversaciones
sobre arte, comunicación y
#conciencia
Percepción, sentimiento, emoción, silencio
"El arte es el lenguaje que habla al alma de las cosas que para ella significan el pan cotidiano, y que sólo puede obtener de esta forma" (De lo espiritual en el arte, Wassily Kandinsky).
Las cosas son cosas cuando les ponemos nombre. Entendemos por cosificar a convertir algo abstracto, mediante un proceso de concreción, en algo preciso, determinado y sin vaguedad, con exclusión de cuanto pueda serle extraño o accesorio, considerándolo en sí mismo y en oposición a lo abstracto.
Podemos distinguir un DO de violín, de un DO de piano o de un DO de flauta, porque esa nota en cada uno de los instrumentos tiene una presión sonora diferente. Es algo diferenciado en sí mismo y cuantificable. Pertenece al nivel de lo cuantificable, es decir, se puede expresar numéricamente su magnitud. Es el primer nivel, el de la materia, transformable en energía, y de la energía, transformable en materia. Es el nivel en el que Einstein formuló que la energía de un cuerpo en reposo es igual a su masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado. Es el nivel de la percepción. Mediante nuestros cinco sentidos podemos percibir el sabor a melón, el color rojo de una amapola y su forma, el sonido de las olas del mar, el frío de un cubito de hielo o el olor del humo. Este es el nivel del hallazgo de las cosas y el del razonamiento.
En un DO-RE-MI de violín hay algo que es igual al DO-RE-MI del piano y de la flauta, las relaciones entre las notas. Es el segundo nivel, en el que las relaciones no mensurables, entre materias y energías, adquieren valor. Es el nivel de los sentimientos, en el que las cosas nos gustan o nos desagradan, en el que sentimos atracción o temor. El susurro de un manantial nos atrae, el aullido de las fieras nos causa temor. Es el nivel en el que queremos predecir el mañana utilizando como patrón las experiencias conocidas. Es el nivel de los sentimientos reflejo de las percepciones. En este nivel está el ego y el apego a las cosas. Se sustenta arraigado en paradigmas personales. Y éste es también el nivel del encuentro con los sentimientos de unicidad, el de la amistad, el de la ternura, el de la compasión.
El tercer nivel, uno puede comprenderlo, pero no explicarlo. En la música también aparecen silencios entre las notas, breves o que se alargan. Que tienen entidad, por sí solos, en el contexto en que se dan. Es el tercer nivel, el de la emoción, una alteración del ánimo intensa y pasajera, que crea un interés expectante. En este nivel se participa en el acontecimiento, uno se convierte en cocreador de esa realidad. Desaparecen los dos niveles anteriores y la emoción se sustenta en el vacío. Este es el nivel de los qualia, inefables y por tanto sin nombre, experiencias personales e intransferibles, que solo existen en el instante del ahora, que no pueden permanecer en la memoria porque son inefables para nosotros mismos. Este es el nivel del verdadero arte, donde sucede la emoción, el nivel en donde no valen los lenguajes usados para experimentar lo inefable; donde cada espectador experimenta sus propios qualia latentes en la obra de arte. En este nivel ha desaparecido el ego y el apego a las cosas. Su recuerdo conduce inexorablemente al segundo nivel, el de los sentimientos, como consecuencia, que perduran en el tiempo. El poder de la emoción radica en crear un sentimiento capaz de cuestionar los paradigmas.
El cuarto nivel no existe, ES. Es el silencio, uno puede verse a sí mismo, separado de las emociones. En el silencio, uno puede ver la música, las formas, el color; es el estado de la creación; donde todo es reflejo de uno mismo. Aquí nada existe y todo puede ser creado para ser experimentado. En este estado uno se da a sí mismo. Es la posibilidad de estar estando, AHORA, para ser siendo.
La música tiene el poder de reproducir y transmitir, con solo siete notas, todos los sentimientos. Y contiene una energía capaz de hacer participar al espectador en las emociones más sublimes. Sólo necesitas tener oídos para que tu corazón se acople al ritmo; a partir de ahí la melodía te envolverá en una atmósfera que respirarás necesariamente y participarás de emociones que no sabrás contar.
Cuando el arte plástico participa de cualidades inherentes a la música, se convierte en música. Es la obra que fascina como el ritmo de la música y a continuación te eleva a participar y experimentar emociones que irremediablemente querrías contar como si fuesen recuerdos de un paisaje conmovedor. Sin embargo el arte sucede, como la lluvia, un amanecer, un arco iris o un eclipse, instantes que se viven en el ahora con qualia siempre diferentes y que cada uno de nosotros vivimos de forma diferente, participando de forma diferente, cocreadores desde nuestro propio silencio.
- Ernesto Oñate
Comprender a Dios
En el principio la omnisciencia, Dios.
26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. (Génesis 1:26-28).
Al nacer, en el primer instante de mi vida, consciente de mí mismo, me reconocí único y omnipresente, me sentí solo.
Comprendí que sentirme único es una conversación conmigo mismo. Este pensamiento me hizo sentirme feliz.
Comprendí que podía sentirme solo o sentirme feliz. Este pensamiento me hizo sentirme creador de sentimientos.
Comprendí que podía conversar, conmigo mismo, desde cada uno de mis sentimientos. Este pensamiento me hizo sentirme con un poder infinito.
Comprendí que desde cada sentimiento me sentía en una realidad diferente, con una conversación propia desde la realidad de ese sentimiento.
Comprendí que podía crear infinitas realidades, tantas como sentimientos fuese capaz de imaginar. Con este pensamiento descubrí el poder de la imaginación.
Comprendí que amaba cada uno de mis sentimientos y que me amaba desde cada uno de mis sentimientos. Este pensamiento me condujo a un: y si…, continuo, la intuición. Intuición para guiar la imaginación.
Comprendí que la imaginación, guiada por la intuición, siempre da lugar a un deseo que se hace realidad, la vida. Este pensamiento me condujo a sentir la fe.
Comprendí que la fe es esa seguridad en mí mismo que me mantiene voluntariamente en un sentimiento inquebrantable. Este pensamiento me hizo sentir la duda sobre mi intuición.
Comprendí que cada sentimiento tiene su opuesto. Este pensamiento lo coloqué frente al libre albedrío; la elección voluntaria, y de forma razonada, de actuar o no actuar, y por tanto de sentir o no sentir.
Comprendí que podía decidir, desde la razón, abandonando la intuición. Este pensamiento me hizo sentir el miedo.
Comprendí que la falta de fe está entre las posibilidades de sentirme, y por tanto, entre mis posibles realidades. Este pensamiento me llevó a descubrir que el miedo es eso que la razón descubre para que sean posibles las infinitas posibilidades, porque también incluyen la falta de fe.
Comprendí que sentirme solo es desconocer que sentir es el origen de todo. Este pensamiento me llevó a ser consciente de que puedo experimentarlo todo, conocerlo todo.
Comprendí que conocerlo todo es vivir en las infinitas experiencias de infinitos sentimientos.
Comprendí que todo son experiencias de Dios.
Comprendí que yo, a imagen y semejanza de Dios, puedo elegir el sentimiento que quiero experimentar y vivirlo.
- Ernesto Oñate
Existe lo que tú sientes
La intuición: es eso que te indujo a succionar la leche de tu madre y que fue tu primer acto voluntario; es eso que hace que los gorriones encontrarán las migas de pan que un día decidirás dejar en el alfeizar de tu ventana e intuición es eso que guía tu imaginación.
Sí, eso que intuyes es el secreto que solamente puedes descubrir escuchándote a ti mismo. Estás en lo cierto, en el camino a conocer lo que eres y descubrir que cada sentimiento es origen de una realidad. Y que no puedes dejar de sentir.
Ahora: puedes sentirte solo, sentir miedo o sentirte feliz.
Sentirte solo significa que te reconoces y te comprendes como el único responsable de ti, es decir, de tus sentimientos.
Sentirte feliz es comprender que tú puedes decidir qué sientes y desear cual ha de ser tu próximo sentimiento.
Sentir miedo, no es sentirte a ti, es sentir algo ajeno a ti, un sentimiento opuesto a tu verdadera naturaleza.
Sí, eso que intuyes es tu verdadera naturaleza, es el secreto que solamente puedes descubrir escuchándote a ti mismo. Eso que sientes es lo que eres; y eso que intuyes que puedes sentir también es tu verdadera naturaleza.
Ahora puedes sonreír y llamarle “MAGIA”.
Ahora puedes dejar volar tu imaginación, dejarte llevar por tu intuición o decidir quedarte en tu estado de confort. Pero recuerda que no puedes dejar de sentir y, por tanto, tu estado de confort te mantiene en un círculo vicioso de sentimientos y realidades.
Los sentimientos preceden a todo lo demás. Mediante tu imaginación puedes sentir tus deseos y estos serán realidad a continuación. Este es el secreto.
Tu MAGIA es tu imaginación, sostenida en tu voluntad de sentir, para mantenerte en la fe que dará lugar a la realidad que deseas.
MAGIA es eso que encierra una semilla de roble: un roble, un robledal e infinitos robledales.
- Ernesto Oñate
Ninguna ola deja de ser océano
«3. Dijo dios: Haya luz; y hubo luz.» (Génesis 1: 3). El amor, materia prima, inundó el espacio infinito, como lo hace la luz.
Comprendí que Todo son experiencias de Dios.
Comprendí que el miedo, que es falta de amor, también es experiencia de Dios.
Comprendí que cualquiera de mis realidades son experiencias de la dicotomía amor y temor.
Comprendí que desde el miedo, la experiencia es de caos y limitación.
Comprendí que desde el amor, la experiencia es de armonía y satisfacción.
Comprendí que mi naturaleza es de amor.
Comprendí que estar en el amor es la predisposición genuina a recibir, a entregar y a compartir.
Comprendí que estar en el amor es estar participando de lo común y en la unión, con ausencia de miedo a la interacción y al intercambio.
Comprendí que ninguna experiencia deja de ser Dios, como ninguna ola, en su experiencia y su singularidad, deja de ser océano.
- Ernesto Oñate
Cómo la ola se sabe océano
«Yo y el Padre somos uno», (Juan 10: 30). Yo y el océano somos uno.
Comprendí que mi mundo exterior de formas y experiencias es reflejo de mi mundo interior de pensamientos y sentimientos.
Comprendí que cuanto más consciente estoy de mi naturaleza, más llena mi presencia mi conciencia.
Comprendí que al poner mi mente en estar presente en mi conciencia, la armonía llena mi mundo de prosperidad de bondad, belleza y verdad.
Comprendí lo que la conciencia y mi alma, saben, la ley de armonía: que la alegría, la felicidad, la satisfacción y la gratitud son el origen de las realidades de prosperidad, salud, bienestar y opulencia.
Comprendí lo que la mente consciente cree, en sus razonamientos sobre el dictado de las secuencias temporales de sus sentidos: que la alegría, la felicidad, la satisfacción y la gratitud son consecuencias del disfrute de prosperidad, salud, bienestar y opulencia.
Comprendí que nos educan y adiestran en el esfuerzo para conseguir lo material que nos asegure la felicidad y en la contradicción del miedo a las carencias de medios y la virtud de la pobreza.
Comprendí que el juicio crítico y el libre albedrío son nuestra verdadera libertad para forjarnos nuestra propia religión, ser nuestros propios maestros e imaginar la vida que deseamos para vivirla.
Comprendí que el océano se convierte, continua e infinitamente en olas, que en cada ola no hay nada que no sea el propio océano experimentándose a sí mismo y que cada ola vuelve a ser océano tras su experiencia.
- Ernesto Oñate
Por la paz:
Cómo el océano está dentro de la ola
Ecosistema:
Es una comunidad de seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente.
Armonía:
Es la proporción y correspondencia de unas cosas con otras en el conjunto que componen.
Absurdo:
Es lo contrario y opuesto a la razón, que no tiene sentido. Chocante o contradictorio.
Es el hecho irracional, arbitrario o disparatado. Extravagante o irregular.
Resiliencia:
Es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
La Teoría del Caos, el efecto mariposa:
Declara que existen cierto tipo de sistemas cuyo comportamiento es prácticamente imposible de predecir, pues este es dependiente de diversas variables…
En sistemas relativamente simples, cuya evolución podría estar determinada por leyes precisas, pequeñas variaciones en las condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a corto plazo.
Acoger:
Es recibir, admitir, aceptar o aprobar, con un sentimiento especial, de protección o amparo, la aparición de personas o de hechos.
Cada ola es una experiencia del océano:
En cada experiencia hay una conversación del ego con Dios. Desde cada sentimiento el ego conversa con Dios.
El ego lucha por ser como Dios desde su egoísmo, aun sabiendo que es Dios desde la armonía. Esta es la conversación continua del ego con Dios.
La armonía da lugar a la prosperidad, igual que la naturaleza prospera en vida abundante, en cada ecosistema.
Cuando en un ecosistema se rompe la armonía, aparece el caos, la destrucción y la muerte.
La vida no lucha contra la vida, sería absurdo. La vida se sobrepone a lo absurdo con resiliencia.
La vida, en su infinita capacidad de adaptación, encuentra nuevas armonías que disuelven el caos y la lucha. En la paz de la naturaleza la vida siempre florece.
La resiliencia, en la naturaleza, no es reconocimiento de derrota, es la asunción de su infinita capacidad de acoger los cambios.
El artista, en su genialidad, comprende lo inefable, comprende el efecto mariposa y es capaz de crear lenguajes que armonicen discursos extremos en un sutil mensaje para diluir la fuerza de un huracán en la plácida brisa del mar.
- Ernesto Oñate