SCULPTURE ON PANEL
El poder transformador del arte, parte de la voluntad del artista y alcanza hasta donde pueda llegar su imaginación, no obliga, ni coacciona, ni impone, emplea el mínimo esfuerzo, en este sentido. Dicha voluntad se desata y a continuación se arraiga en el deseo creador que se presenta en un impulso instantáneo de su alma. Después, a continuación, el artista en un trance de emoción prolongada, que sólo es posible desde el silencio, trabaja y se divierte, se divierte y trabaja, en la obra hasta encontrar la forma, un mensaje cargado de qualia con capacidad de comunicación intransferible a ningún otro soporte, ni por ningún otro medio. El verdadero poder trasformador es el resultado de la conjunción de ese mínimo esfuerzo en ese instante, en el que la mente no ha tenido tiempo ni lugar para participar.
Trilogía
EL ALMA DE LOS ECOSISTEMAS
Cada ecosistema es un ser vivo único y singular, con alma.
Una dualidad, conciencia y expresión de esa conciencia.
La vida, en cada ecosistema, es impulsada por un conocimiento particular, su alma.
CUERPO Y ESPÍRITU
La armonía es el origen y el fin que impulsa la ley de la opulencia a crear, en la vida.
Marzo 2022
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
Madera de sapelli lacada.
180 x 129 x 6,5 cm
32,6 Kg
MATERIA Y ENERGÍA
La ley de la opulencia es el deseo infinito, -energía de la vida-, de creación hacia la armonía.
Marzo 2022
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
Madera de sapelli lacada.
180 x 129 x 6,5 cm
32,6 Kg
MENTE Y ALMA
La energía de la opulencia irradia constantemente abundancia desde el alma de cada entidad viva.
Marzo 2022
Maderas de Pao Ferro, Wengué y Palo Rojo.
Madera de sapelli lacada.
180 x 129 x 6,5 cm
32,6 Kg
Conversaciones
sobre arte, comunicación y
#conciencia
La falta de dignidad es la ausencia del amor
«Sin dignidad no puede haber igualdad, sin dignidad no puede haber concordia. Si no preservamos la dignidad del otro… la falta de dignidad es la ausencia del amor». (Miguel Ángel Tobías).
Dignidad:
Es la calidad, condición o carácter que hace a la persona respetable, merecedora de algo, de tener honor o autoestima.
Ego:
En el psicoanálisis de Freud, es la instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superego y la realidad del mundo exterior.
El ego se erige en el defensor de la dignidad.
El ego trata de afianzar la dignidad:
- en la raza.
- en el sentimiento de pertenencia a una nación o pueblo, con su historia y su realidad.
- en el sentimiento de pertenencia a una religión o creencia.
- en la estirpe, el linaje o la familia.
- en los méritos, títulos o reconocimientos.
- en las posesiones.
- en el estatus profesional.
- en el estatus de amistades y relaciones personales.
- en la imagen personal.
- en el estatus de marca personal y el posicionamiento en redes sociales.
- en las fotos de recuerdos.
Estos valores del ego son exteriores y por tanto pueden dejar de existir o de tener importancia.
Cuando el ego se siente atacado o desprovisto de sus valores, siente miedo de perder la dignidad y este miedo vacía de amor al ser humano, aflorando todos los impulsos y sentimientos que tienen su origen en la falta de amor, se deshumaniza.
En la pirámide de Maslow, al referirse a las necesidades humanas, contempladas en niveles según la necesidad de satisfacción, parte de un primer nivel, el de las necesidades fisiológicas, que son necesidades comunes a las de cualquier otra especie animal. Este título, «Pirámide de satisfacción de las necesidades humanas», tiene sentido cuando previamente a ese primer nivel se contempla un nivel que establece el reconocimiento de persona, de ser humano. Si previamente no está el reconocimiento de ser humano, dejan de tener sentido la contemplación de necesidades humanas.
Este nivel previo, fundamental para el reconocimiento como persona, es la dignidad.
La pirámide de Maslow sitúa en el cuarto nivel las necesidades de reconocimiento, sin embargo la dignidad es una necesidad previa, para auto reconocerse como persona con necesidad y derecho a satisfacer todas las necesidades que establece la pirámide. Sin un previo reconocimiento de la persona dejan de tener sentido la contemplación de sus necesidades.
La dignidad es el reconocimiento del ser humano. Esta, el reconocimiento de ser humano, es previa a tener sentido las definiciones de necesidades y el establecimiento de derechos.
Cuando la falta de dignidad vacía de amor a la persona, en esta aparecen y afloran todos los sentimientos y conductas negativos, como el odio, la ira, la envidia, los celos, el rencor o la malicia.
Sin dignidad, la persona pierde la libertad y la voluntad, se siente incapaz e inútil como persona individual e independiente, y se refugia en la masa, dejándose conducir por la motilidad de esta para conseguir satisfacer sus necesidades básicas.
La privación de la dignidad y los ataques a la dignidad han sido y son las formas como la autoridad y los deseos de dominación deshumanizan a la persona, vaciándola de amor, y por tanto de libertad y voluntad, para someterla.
Solo desde el reconocimiento de la dignidad puede haber igualdad, y solo desde la igualdad puede haber concordia, que, al fin y al cabo, es un deseo y una realidad que surge del amor.
La autorrealización, cúspide en la pirámide de Maslow, es un camino con origen en la dignidad, en el auto reconocimiento de la dignidad como ser humano y en el reconocimiento de la dignidad igualitaria del resto de seres humanos.
La lucha y la transgresión, por emerger del miedo, son falsos valores de la dignidad del artista.
Los valores que permanecen, y por tanto los verdaderos baluartes de la dignidad, son la imaginación, la creatividad y la voluntad. Estos son los valores que deben de impulsar el trabajo del artista, desde el amor, en busca de armonía.
¿Autoestima?
Autoestima:
Es la valoración generalmente positiva de sí mismo.
La dignidad, que está substanciada de amor, se eleva con el reconocimiento de la dignidad del otro.
Se puede tener la autoestima muy alta, pero no hay dignidad cuando se actúa en detrimento de la dignidad del otro.
La dignidad propia refleja la dignidad que otorgamos al otro.
El alarde de la autoestima sin reconocimiento de la dignidad del otro es alarde de prepotencia vacía de amor.
- Ernesto Oñate