3 EXPERIENCE SPACE ART
La intención de la obra artística es captar la atención del espectador al verse inmerso en un espacio extraño, que lo conduce a emociones inesperadas provocadas únicamente por el propio espacio, de tal manera que las percepciones normales de los sentidos queden atenuadas ante la inquietud por comprender las sensaciones que conlleva la percepción espacial.
La obra pretende provocar en el espectador emociones inefables como consecuencia de la percepción de un especio que lo sorprende, condicionando los sentimientos en el transcurso de la experiencia.
Serie
PAISAJES INTERNOS
En el silencio, en la conciencia.
2020 - 2023
Serie
EL AVE FÉNIX
“El hombre ha de morir para nacer de nuevo”.
2020 - 2022
Trilogía
LA NUEVA REALIDAD
Nuevos valores para un una nueva realidad, en la que el bien común, la persona, la vida en sociedad y el planeta se cuiden con amor.
1830: Liberté, égalité et fraternité
2020: #conciencia, #humanidad y #diversidad.
2020
Conversaciones
sobre arte, comunicación y
#conciencia
Consciencia y CONCIENCIA
“Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas, y es agotador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones.” (El Principito, Antoine de Saint-Exupéry).
Amor:
Es el sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
Es el sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
Es el sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Es el esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.
Consciencia:
Es el acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.
Es la capacidad del ser humano de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella.
Es el conocimiento inmediato o espontáneo que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones.
Es el conocimiento reflexivo de las cosas percibidas.
Conciencia:
Es la actividad mental del propio sujeto que permite sentirse presente en el mundo y en la realidad.
Es el conocimiento de la realidad que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios.
Mente:
Es el conjunto de actividades y procesos psíquicos conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo.
Es la potencia o capacidad intelectual del alma, que engloba designios, percepción, consciencia, pensamientos, memoria, imaginación, propósitos, juicios y voluntad.
La memoria:
Es la facultad psíquica por medio de la cual se retienen y recuerdan los conocimientos y las ideas. Es nuestro almacén de conocimientos y de las experiencias vividas.
Deepak Chopra y Menas Kafatos dicen en Tú eres el Universo (2017): “Como ha explicado Peter Wilberg, que es uno de los teóricos cuálicos más dotados y penetrantes, no es que veamos porque tenemos ojos. Los ojos son unos órganos físicos que evolucionaron para satisfacer el deseo de ver de la mente. La mente es lo primero. La mente aspira a conocer la realidad a través de los qualia, que abarcan los cinco sentidos, además de las sensaciones, las imágenes, los sentimientos y los pensamientos de la mente.”
La consciencia nutre a la mente de información, percepciones que son subjetivas. La consciencia es subjetiva, es un conocimiento inmediato, espontáneo y por tanto personal. Es reflexiva y racional desde sus propios paradigmas de la realidad espacial y temporal que observa.
La consciencia percibe y racionaliza a la conciencia como el sentido común.
La memoria es un almacén de recuerdos de experiencias argumentadas para establecer una verdad razonada subjetivamente.
Morris Weitz afirmó que: Al preguntar ¿qué es arte?, se está haciendo una pregunta mal planteada por ser imprecisa, que la pregunta adecuada es ¿qué tipo de concepto es el arte?, para poder llegar a la conclusión de que el arte es un concepto abierto, que atiende a consideraciones distintas, según las perspectivas desde las que se considera.
Cuando aparece la cuestión existencial ¿quién soy?, haciendo un paralelismo dialectico con Morris Weitz, creo que es una cuestión mal planteada, que la pregunta adecuada es ¿qué quiero ser?, o estaremos queriendo resolver un problema de álgebra con, únicamente, conocimientos de aritmética.
Albedrío:
Es la voluntad no gobernada por la razón, sino por el apetito, el antojo o capricho.
El libre albedrío no es solo libertad para reaccionar ante los acontecimientos, sino para decidir los acontecimientos que deseamos experimentar. Cuando reaccionamos con valentía, ya somos valientes y, la realidad cambia y, en adelante, se nos presentan acontecimientos para que seamos valientes, para que experimentemos lo que somos. Este es el concepto que no puede verse desde la perspectiva de la aritmética.
He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos. (“El Principito” Antoine de Saint-Exupéry).
La CONCIENCIA es el conocimiento profundo, interior, desde el alma, que permite enjuiciar la realidad desde los valores de verdad, bondad y belleza, que se fundamentan en el amor. Es intuitiva y holística.
Es la misma y única CONCIENCIA que nutre de información a nuestros órganos, a nuestras células y a toda la vida. Es el conocimiento que da la vitalidad a los animales, que hace crecer a las plantas y guía la función de cada célula viviente de cualquier tipo de vida y la vitalidad de cualquier tipo de ser vivo.
26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. (Génesis 1:26-28).
Nuestra mente es imaginación creadora para la CONCIENCIA. Las personas, a diferencia de cualquier otro grado de vitalidad gozamos de una mente con la facultad de la voluntad con libre albedrío, es decir, de la facultad de ser creadores de nuestras propias realidades. Imaginamos, enjuiciamos, decidimos y actuamos con voluntad.
Nosotros, en nuestra mente, estamos en una continua conversación con nosotros mismos entre las percepciones de nuestra consciencia, el razonamiento de los recuerdos, la imaginación y el conocimiento que nos llega desde la CONCIENCIA.
La consciencia es la realidad que estamos experimentando y que atraemos en cada instante, con cada pensamiento, con cada acción, con cada palabra que decimos y con cada palabra que escuchamos concediéndole el estatus de paradigma, dejando que entre en nuestra mente y se convierta en una idea que auspicie, a su vez, ideas creadoras de realidades ajenas a nuestra voluntad.
La consciencia es el espejo que nos refleja en la realidad externa los paradigmas que hemos racionalizado en nuestra mente. Es la constatación, mediante las percepciones de nuestros sentidos, de realidades a las que previamente les hemos concedido el estatus de posibles, de verdad o de ley, y que nos mantienen inmersos en experiencias que nos hacen ver, o nos permiten ver, cuales son nuestros sentimientos, reflejados en dichas experiencias.
Voluntaria o involuntariamente, consciente o inconscientemente, la consciencia nos puede mantener en respuestas y reacciones automáticas, desde lo que sentimos, en el bucle de seguir sintiéndolo, sin que nuestra verdadera facultad de libre albedrío intervenga; o por el contrario podemos decidir con voluntad, atendiendo a la CONCIENCIA, los sentimientos que deseamos experimentar.
Eso a lo que llamamos ego es un sentimiento de individualidad, de separación y de soledad de nuestra consciencia personal y diferenciada. Estamos experimentando una realidad, con voluntad aparente, pero encadenados a los eventos, que la CONCIENCIA nos presenta para que experimentemos lo que es nuestra verdad, en un bucle ajeno al verdadero libre albedrío. Es una experiencia de ser en una realidad de la CONCIENCIA
La consciencia, que no se nutre de AMOR como la CONCIENCIA, sino de percepciones a través de los sentidos, vive en el miedo de la soledad, falta de amor.
La mente razona para cubrir esas necesidades de separación, soledad, desamparo e inseguridad.
La CONCIENCIA, que es conocimiento puro, sin memoria, se nutre de AMOR. Es voluntad creadora, sin razonamiento, ajena a las dimensiones de espacio y tiempo.
La CONCIENCIA también nutre a la mente de conocimiento intuitivo y holístico, ajeno a los sentidos. Es un conocimiento que abarca a nuestra mente y a todas las mentes, que se nutre de nuestra imaginación y de todas las imaginaciones. No hay mi conciencia y tu conciencia, es la CONCIENCIA, es continua. Se nutre de mis sentimientos y de tus sentimientos. Para la CONCIENCIA soy lo que yo siento que soy y eres lo que tú sientes que eres. Para la CONCIENCIA no hay contradicciones, todo es posible en infinitas realidades conscientes.
La CONCIENCIA es creadora de todas las realidades que parten desde cada uno de nuestros sentimientos y de nuestra imaginación cuando les damos credibilidad, inconscientemente o desde la voluntad de nuestro libre albedrío. Es creadora de las infinitas experiencias que imaginamos y de los infinitos sentimientos que experimentamos y de sus opuestos.
Nuestros sentimientos y nuestra imaginación nutren a la CONCIENCIA de posibles realidades que, cuando les damos credibilidad, cuando les otorgamos un sentir propio de verdad, la CONCIENCIA nos las presenta para que experimentemos el reflejo de nuestra verdad subjetiva.
La razón es un atributo exclusivo de la consciencia. Cuando la mente deja de razonar y escucha la intuición, que no tiene memoria, se nutre de amor, llena el vacío, que es el miedo, y es capaz de reflejar los deseos en sus realidades.
La CONCIENCIA nos hace posibles, cualquiera y todas, las realidades que imaginemos al creerlas, al sentirlas. ¿Qué quiero ser?
Y como Humanidad, ¿qué queremos ser?
- Ernesto Oñate